sábado, 19 de enero de 2008

Despedida

Ella tenía que irse, él le dijo que la esperaría; ella le dijo que no regresaría, él le dijo que la buscaría, entonces, ambos se entregaron a un abrazo perdido en el infinito, un abrazo capaz de unir la esencia de ambos jóvenes, logrando comprenderlos en una sola energía, una sola alma; ella lo miró a los ojos, aquellos ojos que la admiraban a ella; ella subió al tren, y él la observaba desde el andén; ella y el pensaban en los mismo: en el primer beso que nunca tuvieron.

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