domingo, 19 de agosto de 2007

Mi Primer Pseudo-Beso (Por Desgracia)

-Te llama una chica- exclamó mi hermano desde la cocina, salí a ver quien era, y no era una chica, sino el Daniel, un amigo muy extraño que conocí en mis tiempos de cristiandad, aunque ni él ni yo éramos creyentes, él ni siquiera iba a mi grupo de confirmación, lo conocí mediante una amiga llamada Nilda; charlamos un momento, y al escuchar una canción de “Modern Talkin”, acordamos ir a buscar a la Nilda a su casa. Nos sentamos a conversar en el suelo, y un grupo de evangélicos nos entrega un panfleto sobre “el no consumo de drogas”, incitando al Daniel a gritar, con un tono de cantante Aggro-metal, “DEATH” de una forma estrepitosa, ganándose el disgusto de los evangélicos. Después de un buen rato de risas, con el Daniel nos pusimos a bromear como si fuéramos homosexuales, y seguíamos nuestros ojos en un sensual juego gay de miradas, en ese instante, la Nilda, muerta de la risa, nos toma la nuca, y hace chocar nuestros labios entre sí, fueron las décimas de segundo más desagradables que he tenido en mi vida; nos separamos rápidamente, y protestamos en contra de la Nilda por su actitud, pero nuestros alegatos no fueron capaces de opacar las risas de la Nilda, fue entonces cuando acordamos con el Daniel no bromear más de esa manera, y ese día termino con la Nilda riendo, el Daniel flagelándose la espalda con una rama de espinos, y yo escupiendo y limpiándome la boca y lengua con la mano.